sábado, 10 de marzo de 2018

Cazadores de Sombras V: Ciudad de las Almas Perdidas






CALIFICACIÓN: 7/10

Sinopsis:
Jace es ahora un sirviente del mal, vinculado a Sebastian por toda la eternidad. Sólo un pequeño grupo de cazadores de sombras creer posible su salvación. Para conseguirlo, deben desaguar al Cónclave, y actuar sin Clary, porque ella está jugando a un juego muy peligroso por su propia cuenta y riesgo. Si pierde, el precio que deberá pagar no consiste tan solo en entregar su vida, sino también el alma de Jace.

Clary está dispuesta a hacer lo que sea por Jace, pero ¿puede seguir confiando en él? ¿O lo ha perdido para siempre? ¿El precio es demasiado alto, incluso para el amor?


Ok, empezaré diciendo que si tuviera un peso por cada vez que este libro me hizo poner esta cara:



sería millonaria.

Tengo una relación de amor-odio curiosidad-odio con esta saga. Casi cada libro decido abandonarla, y al final, ya que se me pasa la molestia, opto por seguir leyendo.
¿Por qué la "odio"? Porque tiene muchos detalles exasperantes, inverosímiles y decepcionantes.
¿Por qué sigo leyendo? Porque me gusta muchos su universo fantástico, pero principalmente porque me encanta un personaje: Magnus Bane.
Magnus es interesante. Es ocurrente, cínico pero noble, y a la vez algo atormentado y enigmático, con un largo laaargo pasado del que, después de 5 libros, aún no sabemos casi nada, pero afecta su vida actual y sus decisiones. El conflicto existencial alrededor de su inmortalidad me tiene atrapada como el mosquito en ámbar de Jurassic Park.

A mi juicio, este es el personaje mejor trazado del libro, y tal vez el único que nunca es incoherente, exasperante o plano. Es como el único adulto en un jardín de niños... La copa de coñac en una cantina de licores baratos.... El solitario pastel de chocolate gourmet en una mesa llena de platos desechables con gelatina aguada.

Aunque no estoy segura si está bien trazado, o es que, dado que aparece poco, la autora no le dedicó suficiente tiempo para arruinarlo como a los otros personajes principales (excepto Simon, quien es un buen personaje, pero no enigmático).
También estoy consciente que es muuuuy probable que después de chutarme los 9 libros, acabe decepcionada. Pero, ¿Qué puedo decir? Soy débil.

----AVISO: EMPIEZA ZONA DE SPOILERS----

Comenzaré por lo que sí me gustó:
-Después de lo terriblemente lento que comenzó el libro anterior, este por fin recupera el paso, y desde el inicio tenemos acción, buen ritmo, y cliffhangers en cada capítulo/escena, alternando los conflictos de los diversos personajes.

-La relación de Maia y Jordan me gusta. Sé que es mero relleno, pero entretiene.

-La evolución de Simon, el encuentro con su hermana y sus actos heroicos van bien aquí. Ya no me aburre el personaje como antes.

-La batalla contra Sebastian y su ejercito de nefilims traidores. Me gustó mucho, fue emocionante y divertida, y no tuvimos pérdidas que lamentar. Me encantó Alec matando demonios a diestra y sinietra a punta de flechazos y salvando a Magnus, Clary por fin actuando como debería, y todos trabajando en equipo contra el mal.

Lo que no me gustó:

No hay amistades femeninas- Me he dado cuenta que en todo lo que va de esta saga, no hay relaciones buenas entre mujeres. Hay pullas y hostilidades, sutiles o abiertas, y en el mejor de los casos, se llevan bien o se sobrellevan, pero eso es todo.

Clary se lleva mal con su mamá, incluso a Isabelle (que parecía más madura) "le irrita" Jocelyn. Izzy y Maryse tampoco se quieren mucho, Clary e Izzy conviven  pero no hay cercanía ni amistad profunda... son como satélites alrededor de los hombres, e interactúan por ellos. Siempre se percibe cierta distancia entre los personajes femeninos, y eso es lamentable. (Afortunadamente en la serie de Netflix es muy diferente).

Clary es irritante- Clary es un personaje horrendo gran parte del tiempo. Es caprichosa, egoísta, se tropieza mil veces con la misma piedra, le importa poco su mamá y es necia e inconsciente. ¡Me hartó tanto que ya quería yo que la mataran y Sebastian se saliera con la suya!

Jace, el divo bromista y superbailarín- Ya estoy aburrida de Jace y sus diálogos ridículos que se supone que son ingeniosos pero que no lo son en absoluto. Esa pose de "qué guapo soy" es tolerable en uno o dos libros, pero el recurso ya está más que desgastado a estas alturas.

Y esa escena de Jace y Clary en el bar, donde Clary descubre que, por supuesto, SuperJace también es un excelente bailarín... ¡me mató de la risa! Me imaginaba a Jace en la pista, onda John Travolta:



Los ojos de Jace- ¿Es necesario que la autora (Clary) repita y repita y repita de qué color tiene los ojos Jace? Si están dorados, o menos dorados, o súper dorados o se ven medio dorados en la mañana y un poco más dorados en el sol, pero cuando se nubló ya no estaban tan dorados... y bajo la lluvia...



El relleno paseador- Cuando hay que llenar cientos de páginas para armar un libro más de una saga interminable, el relleno es la solución, y qué mejor que de paseo por Europa. Aquí podemos ver muchas escenas, descripciones excesivas y anécdotas que son totalmente prescindibles. Como Clary y Sebastian paseando por París, mientras él le dice una sarta de mentiras sin ningún propósito en la trama, porque de todas formas el plan era decirle la verdad unos días después. ¿Entonces?

Pistas que no son pistas o el chicle en la repisa- Hay un montón de cosas que suceden en la historia que, en un libro bien escrito, son pistas que van llevando al lector a nuevos descubrimientos. En el mundo literario se le conoce como "el chicle en la repisa" y se refiere justo a eso: Si en la trama pones un chicle en la repisa, debe suceder algo con ese chicle después. Si no sucede, entonces el lector tiene la impresión de que usaste el recurso como relleno, o no supiste atar los cabos.
En Ciudad de las Almas Perdidas hay muchos chicles abandonados en la repisa.

Los culpables sangrantes- La cantidad de veces que los personajes dicen "es que es mi culpa..." sólo se equipara con la cantidad de veces que sangran sin razón. Que un beso apasionado y sangran, que desatan un nudo apretado y sangran, que se muerde las uñas y sangran...

Alec se vuelve idiota- Era ya bastante absurdo eso de que Alec, siendo un Lightwood apegado a las reglas y muy preocupado por el Instituto y la familia, anduviera con ropa rota y vieja por ahí, pero bueno, era tolerable. Pero ese de que de pronto se vuelva estúpido, acepte los consejos amorosos de una vampira mentirosa (y que él sabe que lo es), y encima decida que tal vez sea buena idea aliarse con ella para quitarle la inmortalidad a su novio???? WTF!!! 



Lo siento pero no. Entiendo que la autora necesitaba un conflicto lo bastante peliagudo como para que Magnus terminara la relación, pero debió buscarle por otro lado, porque es inverosímil en un personaje que: A) se supone que está enamorado, y B) No es el villano de la historia, al contrario, es "de lo buenos". Y sí, los buenos también cometen errores, pero hay límites dentro de un marco de moralidad y decencia, que parece que para Casandra Clare es bastante difuso.

Eso fue demasiado porque cruzamos la línea de lo imperdonable. El simple hecho de considerarlo siquiera, y encima que su motivo para no hacerlo no fue el amor o la lealtad a su novio, noooo, fue que... ¡No podía matar a Raphael porque eso va contra Los Acuerdos!!!


Terrible. Y si yo fuera Magnus, jamás volvería a dirigirle la palabra.  Espero que en la serie de TV arreglen eso y le den un twist, como han arreglado muchas otras cosas de los primeros libros. (actualizacion: Sí, en la serie lo cambiaron. ¡Bien!)

En fin, quiero leer el siguiente para ver cómo se resuelve el problema, pero primero estoy leyendo la trilogía de Los Orígenes, que dicen, se debe leer antes que el sexto y último libro de la saga principal.

Arrivederci




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