miércoles, 12 de febrero de 2014

Divergente



"Una sola elección puede transformarte... o destruirte. Sin embargo, toda elección tiene sus consecuencias".






Sinopsis
En el Chicago distópico de Beatrice Prior, la sociedad está dividida en cinco facciones, cada una de ellas dedicada a cultivar una virtud concreta: Verdad (los sinceros), Abnegación (los altruistas), Osadía (los valientes), Cordialidad (los pacíficos) y Sabiduría (los inteligentes). En una ceremonia anual, todos los chicos de dieciseis años deben decidir a qué facción dedicarán el resto de sus vidas. Beatrice tiene que elegir entre quedarse con su familia o ser quien realmente es, no puede tener ambas cosas. así que toma una decisión que sorprenderá a todo el mundo, incluida ella.

Creo que mi problema con este libro fueron las altas expectativas que tenía, al creerme lo que decían los críticos (¿o eran sólo slogans publicitarios?) asegurando que es el sucesor de Los Juegos del Hambre.

Los únicos elementos que tienen en común es que el tema central es un futuro distópico, y la heroína es una chica. Por lo demás, Divergente es muy inferior a la obra de Suzanne Collins.
Me resultó tan poco estimulante que ni siquiera leí los siguientes libros de la saga (mientras que con Los Juegos del Hambre no podía parar de leer y leí los tres episodios en un fin de semana) así que no sé decirles si el segundo (Insurgente) y el tercero (Leal) son mejores o peores, pero francamente no me interesa ya leerlos, habiendo tantas otros libros por leer.

Una de las cosas más decepcionantes en la historia es el concepto de "divergente". Yo esperaba algo más intrigante y fascinante que simplemente ser una persona multifacética, como realmente todos somos (aunque en el extraño y no bien planeado mundo de Roth, eso no es normal, es algo peligroso y escandoloso que te puede costar la vida... en fin).

El libro es entrenido, la trama está bien estructurada en general, los personajes están más o menos bien trazados, pero le falta algo, es algo insípido, le falta intensidad, le falta ese elemento que te hace querer gritar: "Oh, por Dios, ¡no puedo creer que esto este pasando!"
Y también le hace falta un uso del lenguaje más rico, que te haga sacar una lista interminable de frases contundentes, devastadoras, y/o cautivadoras.

Ni modo, seguiré esperando ese nuevo libro que me haga sentir otra vez la montaña rusa de emociones intensas que viví con Los Juegos del Hambre. Ya aparecerá... o tal vez ya está ahí, en alguna vieja estantería esperando ser redescubierto...

Mientras que Divergente, para mí, pasa a la lista negra gris de los libros olvidables.


Arrivederci



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